Sangraba tanto , que los rios comenzaron a abandonar sus aguas , adoptando dulcemente el fluido vital , tan codiciado.
Las fuentes se volvieron rojas y espesas , el olor a ocre y metal , surgía cada vez que acercabas tu rostro hacia aquellas aguas carmesíes , ¿ Que ocurría en aquel lugar? , al norte , donde los rios comenzaban a nacer , un ser , oscruo , delirante y macabro , acababa con la vida de las jóvenes virgenes , que andaban perdidas entre el frío y la nieve del eterno invierno lúgubre.
Sostenía en las manos de las difuntas vírgenes , una rosa invernal , sangrante de amargura
y tristeza, que jamás pararía de sangrar.
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